Détresse symphonique / Angustia sinfónica
La música fue lo primero: una pieza contemporánea mixta de la compositora Yuliya Zakharava, en la que la instrumentista Pamela Reimer toca una partitura de piano, al tiempo que activa secuencias pregrabadas e incorpora elementos vocales y de percusión. Cuando me pidieron que proporcionara un componente visual para la obra, quedé impresionado y conquistado por su intensidad y belleza desde la primera escucha. Aunque tanto la música como la película son en sí mismas apolíticas y apátridas, el deseo de colaborar y el urgente impulso de expresarnos a través del arte se han visto exacerbados por el estallido del conflicto ruso-ucraniano. La intención, por tanto, evitando cualquier referencia directa a la guerra, es evocar tácitamente ciertas emociones universales nacidas de sus consecuencias: miedo, sufrimiento, indignación, vulnerabilidad, abnegación, esperanza.